La toma de decisiones financieras, la gestión de riesgos, las inversiones a mediano y largo plazo, así como la estabilidad operativa, dependen de una lectura acertada del entorno económico.
Variables como la política monetaria, la inflación, los cambios tecnológicos no solo impactan el crecimiento global, también determinan la confianza del consumidor, la disponibilidad de crédito, las condiciones de comercio y el comportamiento de los mercados financieros.
Por ello, las empresas deben mantenerse informadas sobre los factores que influyen en el comportamiento del entorno económico. Es un imperativo estratégico.
¿Cuáles son esos factores que las empresas deben monitorear para anticiparse a escenarios adversos y contar con herramientas que fortalezcan la continuidad operativa y financiera?
- Política monetaria regional
En Latinoamérica, varios bancos centrales han mantenido una política monetaria restrictiva para contener la inflación actual. El Banco de México (Banxico) mantiene la tasa de interés en 9.50% desde febrero de 2025, después de un recorte de 50 puntos base. Este recorte se debió al proceso des inflacionario que se percibe en el país.
Este entorno de tasas altas ha encarecido el crédito para empresas y consumidores. Para los negocios, significa cuidar más la estructura de costos y evaluar a detalle cualquier plan de expansión o apalancamiento financiero.
- Inflación y poder adquisitivo: impacto directo en la demanda
Aunque México ha logrado mantener la inflación bajo control en comparación con otros países de la región, la presión sobre los precios continúa afectando el consumo interno. La inflación general anual en México en abril de 2025 fue del 3.93%. Esto representa un aumento en comparación con el 3.80% de marzo de 2025 y el 4.65% registrado en abril del año anterior.
Esto influye directamente en las decisiones de compra de los hogares y, por lo tanto, en la demanda de bienes y servicios. Las empresas deben afinar sus estrategias comerciales y de precios para conservar competitividad sin comprometer márgenes.
- Revolución tecnológica, oportunidades y presión competitiva
La digitalización, la inteligencia artificial y la automatización están redefiniendo modelos de negocio en todos los sectores. Empresas que no integren herramientas tecnológicas avanzadas podrían perder eficiencia, participación de mercado o capacidad de adaptación.
Según McKinsey, más del 70% de las compañías líderes planea aumentar su inversión en automatización y tecnología en 2025. La transformación digital es una condición innegociable para sostenerse en el mercado.
- Cambio climático y regulaciones sostenibles
La presión para adoptar criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) va en aumento. En México, diversas empresas que participan en cadenas globales ya enfrentan exigencias de trazabilidad, emisiones y políticas laborales sostenibles por parte de sus clientes internacionales.
Además, el cambio climático y sus efectos, como sequías e inundaciones, han generado afectaciones económicas significativas en sectores como el agroindustrial y el transporte. Las empresas deben prepararse con planes de continuidad operativa y soluciones de aseguramiento adecuadas.
- Riesgos financieros y morosidad empresarial
Uno de los efectos colaterales del entorno económico complejo es el aumento del riesgo crediticio. Según datos de Solunion, la morosidad empresarial en Latinoamérica se mantiene alta, afectando la liquidez de muchas compañías, sobre todo pymes.
El uso de seguros de crédito, análisis de cartera y modelos predictivos ayudan a proteger las cuentas por cobrar y a garantizar un flujo de efectivo saludable.
El panorama económico está lleno de contrastes. Las empresas que se mantengan informadas, inviertan en análisis, tecnología y gestión de riesgo, estarán mejor posicionadas para aprovechar las oportunidades y resistir las turbulencias.